¿Qué tanto me quiero?, reflexiones sobre el “AMOR PROPIO”
Releyendo a Blaise Pascal (1623-1662) me encuentro con que la sociedad en la que él vivió es en cierto sentido muy similar en la que nos encontramos ahora. Personas que sólo ponderan la importancia de los bienes materiales, el prestigio, fama, poder, reflejando todo esto vivir dentro del “ sin sentido”, dando importancia más a lo de fuera, que a lo de dentro: “el verdadero ser”. El amor propio visto desde la visión de este filósofo, implica que el ego es el regente de la personalidad, en donde el individuo aspira a ser el centro de todo lo que le rodea; impulsado a faltar a la verdad y a la objetividad porque está lleno de soberbia, ambición, injusticia y debilidad. Pascal se da cuenta de la vanidad que impera en el mundo de su época y que al parecer persiste hasta ahora; ese exceso de narcicismo en dónde lo más importante es “lo que yo quiero”, “lo que yo necesito”, “yo, yo, yo”; perdiendo de vista al otro, sus intereses y necesidades. Este heliocentrismo no ha permitido que las p