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En nuestros días la música clásica se ha dejado en el olvido; ciertas personas se atreven a escucharla sin temor a ser criticados, evaluados o tachados como seres antiguos. Se piensa que la música clásica pertenece a los individuos de la tercera edad, ya que, es aburrida, no dice ni transmite nada y desde esa idea regresamos a la música popular como el pop, rock o a la música alternativa.

Estudios no tan recientes llevados a cabo por el Dr. Alfred Tomatis, nos hablan del efecto Mozart y su gran ayuda en diferentes factores a nivel cerebral. No sólo es aplicable a bebés o niños como en algún tiempo se pensó. El escuchar música clásica durante treinta minutos al día logra un efecto de impacto en el cerebro de doce a dieciocho horas en diferentes áreas como la atención, concentración y reeducación de la escucha.

Normalmente nuestro cerebro funciona con ondas Beta que son las que produce el cerebro, son rápidas y están presentes en nuestra actividad diaria, creando un estado de alerta. Sin embargo, también, son causantes de padecer estrés. Cuando escuchamos música clásica y en especial Mozart, el cerebro logra producir ondas Alfa y éstas ondas vibran más despacio, creando un estado de relajación alerta, también conocido como relajación concentrada. Al mismo tiempo de que sus sinfonías tienen ligereza y tienden a ser divertidas.

El ritmo de la vida actual exige una permanente concentración, para lograrlo, se necesita estar relajado física, emocional y mentalmente. Se ha descubierto que la música puede modificar la producción de endorfinas, hormona que provoca estados de relajación y tranquilidad, la cual es fundamental para mejorar la transmisión de impulsos eléctricos en el cerebro y así, facilitar la concentración, el aprendizaje y el rendimiento mental.

La música fortalece al alma, nos permite viajar, fantasear, recordar, anhelar, suspirar y en ocasiones es una buena acompañante en momentos de duelo. Dado esto, debemos seleccionar adecuadamente lo que escuchamos, no todo es de calidad. Se requiere música que nos permita la reflexión y sobre todo disfrutar y gozar. La música clásica es un excelente auxiliar en todos los sentidos y Mozart y su efecto lo comprueban a cada momento.

Lorraine H, Newman (2008). La Música, Mozart y su efecto en relajación y concentración. Editorial Orión Gama

Mtra Mónica Morales Rodríguez

Comentarios

  1. El editor Homero Gayosso Animas tuvo el acierto de publicar este libro que se acompaña de un disco de música clásica que provoca un estado mental y emocional, en primer lugar de relajación, que nos sirve para descansar mediante la generación de ondas alfa, en segundo lugar esta una música con un tempo musical diferente al de Mozart y que provoca la llamada relajación concentrada. Esta música es muy buena para todos aquellos que trabajan en actividades creativas, pues al mismo tiempo que uno esta relajado el cerebro empieza a funcionar formulando ideas nuevas. Finalmente la tercera parte del disco provoca la concentración iniciando con la Sonata en Re Mayor para dos pianos K-448, que por cierto era la favorita de Albert Einstein. Le recomiendo leer el libro, realizar los ejercicios antes de escuchar la música y veran resultados sorperendentes.

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