LA SEXUALIDAD EN LA PAREJA

En las relaciones de pareja la sexualidad o el modo de vivirla va cambiando. En los primeros meses o primeros años de pareja es común que todo fluya y el abordaje a la sexualidad sea más fácil, ambos se dan permiso de explorar sus fantasías y sus deseos, es una efervescencia total que sólo desea ser apagada conforme se está con la pareja. Conforme pasa el tiempo, tanto el stress como la rutina y los quehaceres del cotidiano, van apagando esta pasión inicial, pero no es por falta de deseo, más bien las diversas hormonas que se encontraban trabajando durante las primeras etapas van desapareciendo del flujo sanguíneo.

Cuando la pareja se ha consolidado y se adentra en la convivencia y/o aparecen los hijos; el espacio para la intimidad se va transformando y, en ese rubro somos directamente responsables. Dejamos que lo cotidiano llene nuestros días, sin percatarnos de que nos estamos alejando de nuestra pareja y de convivir a profundidad. Todos los seres humanos requerimos tener personas a nuestro lado con las cuales podamos intimar, esto significa poder abrir nuestro ser a profundidad; implica compartirse del todo con ese otro. La sexualidad es un área importantes en donde se íntima con el otro, y no porque se encuentren dos cuerpos desnudos; es más bien desnudar el alma, es la capacidad de mostrarnos internamente, permitir que las emociones y las sensaciones fluyan dentro y fuera de nosotros y por momentos sentir que se está fusionado, haciéndose uno con el otro. Es la unión de dos energías que bailan al unísono, de ahí la importancia de tener una sana salud sexual.

Sin embargo permitimos que los enojos, los resentimientos y las culpas nos invadan dejando de querer estar efectivamente con el otro. No nos sentimos con deseos y ganas, y si esto lo permitimos durante mucho tiempo, va mermando todo deseo de contacto, nos podemos convertir en dos extraños cohabitando en un mismo espacio y cuando esto sucede puede aparecer fuera de la relación alguien que motive las hormonas; ellas actúan sin que nosotros las invoquemos y pueden llevarnos a confundir este flujo hormonal con un enamoramiento y a querer dejar a nuestra pareja por ese otro que movió en nosotras muchas cosas que aparentemente estaban dormidas.

Fomentar el juego sensual y erótico requiere de una mente relajada, creatividad y mucha predisposición para la búsqueda y el descubrimiento personal de la pareja. Es saltar los obstáculos personales, ceder ante los enojos o los malos entendidos y encontrar una forma sana de resolver los diversos conflictos que se nos ponen enfrente. Entre mayor alejamiento de la pareja sexualmente hablando, mayor distancia emocional se estará generando y desde esa perspectiva más problemas estamos gestando. Es por eso revisar a conciencia ¿Qué está pasando con tu apetito sexual?, ¿Qué ocasiona el alejamiento?, ¿Cuál es la razón real por la cual no quieres estar sexualmente con el otro? Es importante hace conciencia de estas preguntas y sobre todo darles respuesta oportunamente.

Para recuperar el deseo sexual es preciso ser conscientes del tiempo y espacio que le brindamos y dedicamos a la intimidad. Tal vez se olvide que el sexo es la expresión del afecto, la sexualidad y sensualidad, es aquello que nos nutre emocionalmente.

La energía sexual siempre está, es la energía activa, la pulsión de vida.

Antonio Bolinches en su libro “Amor al segundo intento” nos comparte que existen reglas de oro en el manejo de la sexualidad:

1. Haga todo lo que quiera

2. No haga nada que no quiera

3. Hágalo siempre desde el deseo previo

4. Actúe de acuerdo a su escala de valores

Teniendo en cuenta las siguientes pautas:

• Actúe desde su regla de oro

• Respeta las reglas de oro de tu pareja

• Crea un código sexual válido para ambos

• Concede credibilidad a lo que te diga tu pareja.