CONFLICTOS CON LA FAMILIA DE LA PAREJA






Existe la idea en algunos seres humanos que cuando se comprometan de manera definitiva con alguien sólo lo harán con esa persona y no con su familia; de hecho comentan “uno se casa con la pareja y no con su familia” y lamentablemente esto no es del todo verdad.

Todos y cada uno provenimos de un ambiente determinado que es la familia y no porque nos vayamos a vivir al lado de una persona, esos miembros dejarán de existir. La familia siempre está ahí y se dice que estarán tanto en las buenas como en las malas. Por lo tanto lo ideal es tratar de conciliar y convivir con ellos de un modo respetuoso y cálido. Sin embargo, esto no siempre se logra, porque muchos de los miembros de la familia de uno de los elementos que conforman a la pareja se entrometen constantemente en su vida, en sus decisiones y sobre todo en su convivencia diaria.

La exagerada intromisión de la familia, causan severos conflictos que pueden llegar a provocar grandes daños como pueden ser: peleas, resentimientos, problemas económicos; que por supuesto dejan mucho dolor y heridas que son difíciles de sanar, hasta provocar la disolución de la misma.

Las causas de estos conflictos pueden ser muchos y dependen de cada familia: económicos, religiosos e ideológicos principalmente.

Pongamos varios ejemplos: Cuando los recién casados están conformando su nidito de amor, puede llegar la madre de uno u otro a tratar de comentar y en ocasiones imponer el diseño de la misma; los muebles más convenientes, los colores a usar, el tipo de colchón y así podemos hacer una gran lista de estas “amables” sugerencias.

Pueden también llegar de visita sin avisar y organizar el día en diversas actividades, sin contemplar lo que quiere la pareja o no tomando en cuenta los planes que ellos tienen para ese día.

Muchas madres les llevan a sus hijos de comer lo que les gusta, argumentando que estaban pensando en ellos y en sus gustos, haciendo a un lado a la esposa, generando que ésta se sienta inapropiada o poco reconocida por su pareja.

Si viven en una provincia lejana pueden ocupar la casa del hijo (a) para llegar y quedarse un mes o dos como una forma de vacacionar, interfiriendo en la intimidad de la pareja.

Alguno de los hermanos de ella o el, pueden pedir prestado dinero constantemente, provocando esto, un déficit en la economía familiar; inclusive se ha sabido de casos en donde endeudan a la pareja, que no sabe cómo decir que NO cuando alguien está en apuros.

Y más tarde con la llegada de los hijos muchas familias se entrometen diciendo cómo es conveniente educar a los hijos y echando en cara las deficiencias existentes.

Se pueden dar muchos ejemplos, pero de antemano sé que muchos de ustedes tienen bastante información que fortalezca esta lista.

Cuando uno se compromete con alguien, de una forma u otra tiene que convivir con la familia de éste otro, nos guste o no. (Solo que privemos a nuestra pareja de convivir con ellos, que sería un arrebato egoísta). Algo que debemos contemplar es que, cuando existen intromisiones y la persona no sabe poner límites a tiempo, el peso de la problemática recae en él (ella), ya que, se va a sentir en medio de su familia y su pareja, sin embargo es su responsabilidad y es quien debe tomar la decisión de si continúa o no con su forma de vida e inclusive con la relación; independientemente de lo que piensen sus padres. Se espera que la familia respete las decisiones tomadas, sin embargo, esto en ocasiones no sucede, por lo que se tienen que tomar caminos que dañan más a todos los integrantes.

Se espera que la familia no interfiera más allá de lo que debe, aun cuando el hijo (a) estén en una relación problemática. Una relación sana y madura sabe hasta dónde es correcto que llegue su familia y sabrán de manera intuitiva cómo comentar con sus familiares que se están metiendo en terrenos que no les corresponde. La comunicación es clave para poder hacer entender a la familia que son importantes, significativos y que tienen una gran importancia, pero esto no implica que puedan interponerse entre la pareja y sus decisiones.

Basándonos en el respeto entre ambas partes, lo mejor es llegar a acuerdos y tratar de aceptar las diferencias existentes. Marcar una distancia emocional y física adecuada, sin dañar a otros.

¿Qué podemos hacer?

*Hacer consciente una serie de creencias irracionales que están detrás de estos comportamientos como por ejemplo: “mis padres son los mejores y siempre tienen razón”, “sólo quieren ayudarme”, “mi pareja no los entiende porque no son sus padres”, “a mis padres les debo todo”, “tengo que pagarles lo que han hecho por mí”.

*Ser conscientes de la manipulación para tenerla presente siempre, ya que a menudo nos encontramos ante unos padres que nos hacen sentir culpables por haberles abandonado, por no hacerles caso, por no devolverles lo que hicieron por nosotros, etc.

* También será importante dedicar tiempo a nuestra pareja, discutir los conflictos con los padres entre los dos, siguiendo unas reglas básicas de comunicación, no usar insultos ni recriminaciones hacia la familia política, tengamos en cuenta que son sus padres a pesar de todo.

* No fomentes la dependencia de los padres. Ni tú de ellos ni ellos de ti, se volverá en tu contra muy pronto. Poner límites a los padres también es importante.

* Crear un espacio propio. Por último, ten en cuenta que tu pareja es una parte muy importante de la familia que has formado, no es correcto dejar que se estropee la relación por culpa de terceros.



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