STOP ¿YA ES NAVIDAD?
Algunos
sabemos, sin miedo a equivocarnos, que el tiempo ahora realmente está pasando
más rápido. No es que el tiempo tenga esa posibilidad, de ir rápido o lento;
eso es sólo un decir, lo que sí es real, es que el contador de tiempo que antes
usábamos, realmente no sirve ahora para nada. El reloj ahora no nos indica
nada, sólo que se nos está haciendo tarde, para llegar al trabajo o a una cita,
o para escandalizarnos y ver la hora en la cual nos estamos durmiendo.
Es
así que como el tiempo está teniendo una noción diferente, así la durabilidad
de los años. Este año, ha sido realmente un bólido, sin darnos cuenta estamos
en estas fechas obsequiando, comprando y felicitando, no hemos tomado un tiempo
para detectar si desde el fondo de
nosotros es algo que naturalmente surja, o sólo estamos respondiendo a las condiciones
publicitarias o mercadológicas clásicas de estas fechas, o a un sin sentido, de
hacerlo porque el colectivo lo hace.
Dado
esto, los momentos de poner un alto a esta vorágine de actividades o
responsabilidades, (el nombre realmente es lo de menos), es urgente. Si tomamos
conciencia de esta rutina incansable y de su durabilidad, nos percataremos de
lo significativo que es ponerte el STOP y darte unos minutos, por lo menos tres
veces al día (como medicamento) para tomar unas respiraciones profundas, sólo
concentrado en tus proceso de inhalar y exhalar y preguntarte-- si es posible--
¿A dónde vas con tanta rapidez?... yo cambiaría esta pregunta de un modo simple
¿A dónde voy con tanta rapidez, en mi vida?
No
es posible vivir sólo la vida, para cumplir con los mandatos, caprichos,
voluntades de otros sobre nosotros. Llámese familia, jefes, sistemas, etc. El
objetivo de vivir la vida, es tener claras nuestras necesidades como seres, individuos
y para eso es necesario mantener una comunicación constante con nosotros mismos
y hacernos las preguntas correctas. No permitirnos caminar en la inercia de las
circunstancias. Lo importante es que cada uno de nosotros marquemos nuestro
paso, determinando hacia dónde vamos a ir
y cómo lo haremos. Hacer lo que nos toca hacer, pero en conciencia,
siendo copartícipes de esa realización, dejando nuestro sello personal y sobre
todo deteniendo el paso cuando es necesario para darnos caricias,
reconocimiento y reorientar el curso cuando así se requiera.
Y
las festividades navideñas pueden ser un gran pretexto para realizar esto, es
como si el universo nos diera la autorización de la reflexión, y de hecho lo
propone. Así que tomemos este tiempo fuera y dediquemos el tiempo necesario
para determinar los logros y éxitos obtenidos, así como el aprendizaje recabado
de las malas y buenas experiencias; agradezcamos a las personas que surgieron
en esta etapa y también otorguemos el agradecimiento a las personas que ya no están
con nosotros por dejarnos conocer aspectos de nosotros mismos reflejados en
ellos.
Ahora
es tiempo de reflexión y agradecimiento, dirigido a NOSOTROS MISMOS, demos eso a nosotros cada año. Un abrazo sincero lleno de amor, sin juicios, ni críticas, cálido
y reconfortante por crecer del modo que hemos elegido hacerlo y optemos por
crecer mejor en la sabiduría que en el sufrimiento.
¡Felices Fiestas para
todos!
Comentarios
Publicar un comentario