AHORA MÁS QUE NUNCA

En tan sólo tres meses hemos vivenciado diferentes siniestros. Ya no sólo basta con las complicaciones nacionales, familiares o personales. Nuestro mundo esta reclamando paz. A veces pienso que lo está haciendo como cualquier animal que se sacude las pulgas para deshacerse de la comezón. Por desgracia en miles de años no hemos aprendido a coexistir con la naturaleza, por el contrario, pareciera ser que de igual manera nos estorba. Construimos carreteras sobre las montañas rompiéndolas en pedazos, deforestamos un bosque para poner casas del Infonavit y aún peor aprendemos a nadar entre basura y pañales. Bien dicen: “Los seres humanos nos acostumbramos a todo menos a no comer. Y ¿Cuándo no tengamos con qué alimentarnos?

Una realidad es que no podemos echar el tiempo para atrás. Sólo nos resta hacernos responsables por las acciones que tomemos de aquí hacia el futuro. Las recomendaciones nos las sabemos de memoria, aunque no las apliquemos, tales como: cuidar el agua, usar focos ahorradores, evitar usar el auto en distancias cortas, sembrar árboles, separar la basura, etc. Esto está en nuestras manos. Pero es de igual importancia lo que está en nuestra mente: pensar en positivo. Se comenta que nuestros pensamientos tienen vida y se hacen realidad. Si estamos temerosos de que una catástrofe nos llegue y que es el fin de mundo, seguro que lo haremos algo tangible. Nos conviene enviar luz al planeta, mandar buenas vibras, convertirnos en seres de luz que a su vez alimente a nuestro mundo de manera nutritiva. Como lo dice el Reiki en sus principios básicos:

Sólo por hoy no te enojes.
Sólo por hoy no te preocupes.
Sólo por hoy no te irrites.
Se amable con las personas.
Gana tu vida honestamente.
Agradece las abundantes bendiciones de tu vida.

Tratemos de llevar acabo esto cada día de nuestras vidas. Hagamos que el cambio inicie por cada uno de nosotros.

Pato.