EL RESPETO POR LA INDIVIDUALIDAD

Probablemente una de las cosas más difíciles de lograr dentro de una relación de pareja es la sinergia entre la misma; entendiéndose esto, como un fenómeno cuya explicación más simple, reside en el análisis de la dinámica de un sistema. En efecto la relación de pareja es un sistema en donde cada uno de los miembros aporta a la relación y permite / obstaculiza el funcionamiento de la misma.

Saber compartir con alguien el tiempo todos los días no es una situación simple, aunque así se crea. Se van a presentar momentos en donde se quiera convivir, reír, jugar o salir a divertirse, pero también es necesario contemplar que cada uno de los individuos también requiere tiempo para si mismo y sus cosas. El estar en pareja no significa estar pegados ni mucho menos hacer todo “juntos”, ya que, eso favorecerá que de un modo u otro las personas se harten.

Es necesario conocer y sobre todo respetar el espacio del otro y con eso me estoy refiriendo a esos momentos en donde se desea estar en solitario ya sea gozando del silencio o de cualquier otra actividad.

Por ejemplo; hablemos del silencio en compañía en donde cada persona puede estar físicamente al lado del otro, pero en silencio; mas no hablamos de un silencio incómodo, en donde no se sabe que decir; sino de aquel que se siente cálido, cercano, lleno de respeto por el tiempo y el espacio de ese otro.

Es así que si revisamos a fondo a aquellas parejas que funcionan de una manera adecuada, son aquellas en donde cada uno de ellos dedica su tiempo a actividades propias, ya sea trabajo y esparcimiento; a su vez también saben en que momento estar con el otro de manera productiva, sin reclamos ni manipulaciones, sólo disfrutando del estar al lado. En la medida en que podamos respetar tanto nuestros tiempos como los de la pareja, el encuentro será fructífero.

No nos enojemos cuando nuestra pareja quiera salir a caminar sin nosotros, o hacer compras o convivir con los amigos. El hecho de que no nos lleve no significa que no nos quiere. Sólo significa que desea estar un tiempo consigo mismo y con sus actividades, dejemos a un lado esa idea errónea de que si no quiere compartir con nosotros cierta área de su vida es porque es egoísta. Confiemos que ese tiempo lo va a ocupar de la mejor manera para sí. Tratemos de no ser absorbentes o posesivos, ya que si seguimos con esas conductas lo que vamos a lograr es asfixiar a la persona y despertar en él (ella) un deseo enorme de salir corriendo.

No perdamos el respeto por el espacio del otro, aprendamos a estar sin presionar, sin exigir, sin reclamar. Aprendamos que el éxito en cualquier rubro depende de la convivencia sana en donde reina la comunicación y sobre todo recordar que cada uno requiere de tiempo para sí para reflexionar, sentir o descansar.