NECESIDADES E INTERDEPENDENCIA
Todos y cada uno de los seres humanos tenemos necesidades, aunque a veces se desconoce cuáles son o creemos que ya las tenemos cubiertas. El ser humano es una persona que está en constante búsqueda de diversas cosas, y principalmente de la felicidad, sin embargo, en ocasiones, tenemos poco contacto con nosotros mismos y sobre todo con nuestras carencias. La educación que recibimos desde pequeños nos inculca estar atentos a lo que necesita el otro y nos lleva a cierta tendencia en querer ayudar o prodigar a los demás, sin embargo, no nos muestra el cómo podemos estar atentos a nuestro ser interior para contactar con nuestras necesidades y desde ahí recuperar la homeóstasis (equilibrio), buscando la mejor forma para satisfacer aquello que nos hace falta.
Nos hacen creer que los demás son quienes deben satisfacer nuestras necesidades ya que, nuestros padres son las primeras personas que cubren todo lo que en algún momento requerimos.
El problema surge cuando el individuo es quien se tiene que comprometer consigo mismo y buscar qué es lo que realmente necesita dependiendo del momento de vida en el que esté. Algo adentro lleva a pedirle al otro que se haga responsable de cubrir esas carencias y cuando no lo hace el individuo se puede tornar agresivo, insatisfecho, inclusive amargado. Existe una tendencia a echarle la culpa a los otros de la enorme insatisfacción en la que se puede vivir favoreciendo una vida caótica, conflictiva y poco placentera.
Todos necesitamos amor, comprensión, apoyo, cercanía, ternura, ocio, diversión, alguien que nos escuche sin juzgar, y también alguien que nos diga en dónde estamos mal y que nos lleve a la recapitulación de nuestros actos.
Hasta ahora no he conocido a ninguna persona que viva sin estas necesidades; sin embargo he conocido a muchos que: o desconocen lo que necesitan o viven reprimidos asumiendo que no tienen necesidades, pero viviendo dentro de la insatisfacción.
En primer lugar es un requisito tener claro cuáles son las necesidades presentes y en segundo buscar la manera más adecuada para la satisfacción de las mismas. Este camino depende únicamente de nosotros, la vida implica estar en contacto todo el tiempo con nosotros mismos y llevarnos a los lugares correctos para así encontrar la tranquilidad y la paz.
Los seres humanos que nos rodean van a ser un medio, un vehículo para que podamos realizarnos. Por ejemplo: si una persona necesita hablar requiere de un individuo dispuesto a escuchar. Si se requiere salir a divertirse y relajarse será conveniente acudir con una persona o grupo que sepa gozar de un momento placentero sin quejas o malhumores.
Los seres humanos somos interdependientes, todos necesitamos de todos. Más esto no implica la obligación de que asuman cargar, o el compromiso de dar las cosas. El relacionarme con alguien no significa el que tengan que divertirme, escucharme, llevarme, apoyarme, etc. Eso es decisión del otro y está en su completo ejercicio de libertad y derecho de decirme ¡NO! El grave problema es que nos cuesta mucho trabajo escuchar esta palabra “NO”, porque de manera automática la asociaríamos con un rechazo: No me quiere, no soy importante, no me ama, entre otros. La realidad dista mucho de esta apreciación, el “NO” del otro no significa nada de lo anterior, sólo se refiere a un no querer cumplir con la demanda o con el capricho. Si la persona que se tiene enfrente puede decir un NO sin problemas, también cada uno de ustedes puede hacerlo, sin temer ser egoísta o irresponsable. ¿Cuántas veces decimos que SI a algo, cuando de fondo queríamos decir un NO?; aceptamos cosas que de fondo o no queremos o no necesitamos, sólo por complacer, negándonos el derecho a complacernos a nosotros mismos.
Les propongo algo: En este día dense un tiempo para pensar con serenidad qué es lo que realmente están necesitando en este momento en su vida y desde esa información planeen alguna estrategia para dar satisfacción a esa necesidad.
Luz y bendiciones
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