¡EMPEZANDO DE NUEVO!
Establecer una relación después de un divorcio o separación, no es una cosa sencilla, las personas se sienten heridas, desconfiadas y sobre todo con un temor fantaseado de que las cosas no irán por buen camino, dada las circunstancias pasadas. Para otros individuos la realidad es sumamente diferente, no se ponen a pensar en nada en absoluto y comienzan de nuevo el camino antes olvidado y se dan a la tarea de coquetear y buscar al sustituto (a).
Si analizamos esta situación con calma, ambas perspectivas son un tanto extremistas y poco sensatas.
Posteriormente a la ruptura es necesario recapitular nuestra presencia al lado de esa pareja que abandonamos o nos abandonó. Es requisito hacer una reflexión profunda sobre aquellos errores cometidos y no por el otro; sino por nosotros mismos. Cada relación que tenemos es un espejo en donde nos reflejamos y si tenemos el deseo de mejorar cada día, es muy fácil pararnos frente a ese espejo y ver realmente quiénes somos y cómo somos cuando estamos involucrando nuestros sentimientos.
Probablemente somos dominantes, controladores, egoístas, arrogantes, mandones o sumamente exigentes; también podemos ser sumisos y dependientes; o víctimas, tirándonos a la autocompasión a la menor provocación; puede ser que nuestra comunicación sea incompleta o poco clara o en su defecto, decimos todo lo que pensamos dejándonos llevar por un momento de impulsividad, sin revisar que lo que vamos a decir, puede herir al otro o a nosotros mismos; también podemos estar llenos de expectativas poco claras que depositamos en el otro, dejando a un lado el clarificar nuestras necesidades y hacerlas explícitas de manera correcta. Al final del camino, toda relación sea del tipo que sea, nos permite analizar y observar nuestro comportamiento social y si deseamos mejorarlas, es de suma relevancia dar el tiempo adecuado para pasar el duelo correspondiente y evaluar lo antes mencionado.
Viendo ahora otra perspectiva del asunto, se debe trabajar aún más cuando se tienen hijos. No es correcto presentar diversas parejas a los niños cuando ni siquiera nosotros sabemos a cabalidad si la relación será fructífera. Cuando presentamos novios(as) a los niños, ellos pueden generar sentimientos hostiles hacia nosotros mismos o en su defecto tener sentimientos de agrado hacia el nuevo prospecto, ilusionándose de que las cosas irán por buen camino y si esto no se da, es el pequeño el que sufre de nuevo con un abandono, para volver a vivir el duelo correspondiente.
Claro está que cuando termina una relación todos tenemos el derecho de rehacer nuestra vida, sin embargo, ante la presencia de los pequeños es necesario que lo hagamos con sigilo y tomando precauciones para no dañarlos. Es conveniente que veamos a la siguiente pareja lejos de la convivencia con los niños, otorgarnos el tiempo de conocer a fondo al otro y sólo cuando sintamos que pisamos en terreno seguro, presentarlo(a) primeramente como un amigo, amiga y posteriormente hablar con los niños sobre nuestros sentimientos hacia ese otro.
Otro punto de relevancia es no inculcar al niño a decir Mamá o Papá a la próxima pareja, ya que esto puede confundirlos y llevarlos hacia sentimientos ambivalentes hacia sus verdaderos padres. Puesto que puede darse el caso de que se sienta más identificado con la nueva persona que llegue y confronte o compare generando hostilidad y alejamiento afectivo.
Evitar en la medida de lo posible la intervención de la nueva pareja, en aspectos disciplinarios, ya que esto puede generar aversión en los pequeños hacia ese nuevo integrante y ser un obstáculo para la adecuada y sana convivencia con papá o mamá.
Evitar que el niño se quede a solas con la nueva pareja; ya que esta lo puede utilizar para hablar mal del ex cónyuge, sacarle información sobre cómo es la vida con su madre o padre. Y sobre todo, para impedir conductas que no corresponden y que reflejarían un aspecto patológico del adulto. En la actualidad se ha sabido de muchos casos en donde el padrastro o madrastra generar abusos tanto físico, psicológico, como sexualmente de los niños. Por lo tanto, es mejor prevenir que lamentar.
Niños y jóvenes pueden mostrarse enojados, disgustados y maleducados al principio. Demostrando su negativa para aceptar a la nueva persona. Sin embargo con buena comunicación y cercanía física y emocional por parte de sus padres, puede volver a la seguridad y hacer a un lado los temores que se puedan presentar.
Si cuando no se tienen hijos, es difícil establecer de nuevo una relación, volver a confiar y permitirse sentir de nuevo; cuando los hijos están presentes, es importante también pensar en su salud psicológica. Y esto no implica quedarse solos hasta que los hijos crezcan y se vayan del seno materno (paterno), sólo es tener más cuidado en cómo hacemos las cosas. Un poco de conciencia no le hace daño a nadie, al contrario, nos hace mejores seres humanos.
¡Hasta la próxima!
Recuerden que se aceptan sugerencias de aquellos temas que deseen que profundicemos, este blog es de ustedes y para ustedes.
Terapia_morales1@hotmail.com
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