Relaciones Destructivas
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En cualquier momento y sin darnos cuenta podemos establecer una relación y sentirnos atraídos por una persona que no nos conviene, sin embargo, esto no significa que estamos inmersos en una relación destructiva.
Las relaciones destructivas son aquellas que producen un prejuicio tanto a nivel físico como mental y emocional en ambos miembros de la pareja o en la persona más débil. Se caracteriza por una gran incapacidad para comunicar y tolerar aquellas conductas que del otro resultan desagradables. El agresor fácilmente pierde el control de sus impulsos y deja salir su carga de enojo o frustración, haciendo daño a la otra persona, ya sea a través del lenguaje o ejerciendo acción física en su contra. Por ejemplo: puede utilizar frases como “eres una inútil”, “Nunca sabes nada”, “nada te sale bien” o groserías cuya finalidad sea humillar por completo. En otros casos he conocido personas que agreden con el silencio; le dejan de hablar a su pareja por periodos prolongados haciendo como que no existen, no tomándolas en cuenta, siendo por completo indiferentes. En otros casos la agresión puede ser pasiva y es cuando al otro miembro de la pareja se le responsabiliza por completo de lo que está sucediendo. Pongamos un ejemplo: El marido presenta severos ataques de celos contantemente y le echa la culpa a ella porque: “es coqueta, se arregla demasiado, voltea a ver a la gente en la calle, recibe mensajes o llamadas a su celular y el otro piensa que es el amante… Este tipo de actitudes hacen que el celoso sea inocente dejando toda la responsabilidad en el otro y sobre todo generando culpa en la otra persona arrinconándola y no permitiéndole ser ella misma.
En las relaciones destructivas la constante es: la agresión; por lo tanto podemos hablar de una persona (agresor) que presenta una gran incapacidad de manejar a sus fantasmas o a sus propios rasgos de personalidad y da rienda suelta a sus emociones negativas. Con esto quiero puntualizar que la pareja que recibe el maltrato no es responsable de las acciones del otro, pero sí, de mantenerse al lado de una persona con estas características.
¿Cómo se materializa esa agresividad presente en una relación destructiva? Esa agresividad a la que nos referimos se puede demostrar mediante lo siguiente: La agresión física a través de:
• Empujones
• Forcejeos y apretones
• Golpizas brutales
La agresión emocional a través de:
• Insultos
• Infidelidad
• Burla
• Control físico y hasta económico
Las razones por las cuales una persona acepta vivir y convivir en una relación destructiva son:
* Baja autoestima con sentimientos de inferioridad. Son personas que creen que no son merecedoras de un buen trato y esta idea proviene de su familia nuclear. Normalmente en estas se ven contantes agresiones, maltrato y sobre todo repetición constante de frases o palabras que conllevan un mal trato, como puedes ser: “eres una estúpida”, “nada haces bien”, “mejor no te hubiéramos tenido”, entre muchas más. Estas frases al quedar grabadas en la mente de las personas hacen que ellas se sienten menos que los demás y sobre todo favorecen que la percepción del sí mismo sea desde una devaluación del sí mismo. La persona no logra verse tal cual es ya que su autoconcepto está determinado por estas palabras que constantemente fueron repetidas en su hogar.
* El síndrome del salvador. (Se presenta más en los varones). Desde pequeños sus progenitores les hicieron sentirse responsables de los demás, "guardianes" de los problemas que se presentaban en casa, fomentando en ellos la supuesta supremacía masculina relacionada a la propiedad; en consecuencia, el varón desarrolla firme creencia de que sus hermanas, hijas y esposa les pertenecen; por tal motivo, las minimizan y las tratan como un ser inferior ya que necesitan ayuda y las desvalorizan.
* Padres muy autoritarios. Padres con los que tienes que ser y hacer como ellos quieren. Creen que el amor hay que ganárselo y hacer méritos para merecerlo.
Ahora bien, se ha detectado que frecuentemente la violencia entre la pareja inicia desde el noviazgo y se manifiesta en diversas formas, con jaloneos y movimientos para detener, sujetar o controlar. Posteriormente, el mando del hombre se ejerce con frases como "no te dejo salir", además, protesta por el tipo de peinado o ropa que luce su compañera, inician las escenas de celos y la rudeza empieza a subir de tono. (Así lo afirma el psiquiatra Ernesto Lammoglia en su libro El triángulo del dolor).
¿Por qué ellas permanecen con su pareja? Cuando se ve desde niño cierta realidad (agresión, violencia, malos tratos), se cree que así deben ser las cosas, al paso del tiempo uno se acostumbra y se pierde perspectiva. Es necesario que estas mujeres se den cuenta de que su percepción es errónea ya que ha estado permeada por la realidad en la que vivieron en su infancia, pero que está no es adecuado para su vida adulta. Es conveniente tener metas y objetivos realistas asumiendo que lo que están viviendo no es correcto y sobre todo que no es generado por ellas aunque se observe de esa manera; además, generalmente el hombre presenta cambios bruscos de comportamiento, es decir, hay momentos en que se arrepiente de sus acciones, ofrece disculpas y se torna afectuoso, haciéndole creer a la otra persona que todo puede cambiar. De esta manera inicia un círculo llamado "fase de tensión-maltrato-reconciliación".
Por otra parte, las víctimas de violencia doméstica rara vez se quejan de haber sido maltratadas, incluso, a pesar de presentar moretones, fracturas o raspones, y procuran ocultar tales señales bajo la vestimenta o maquillaje, o bien inventan explicaciones absurdas o improbables para justificar las lesiones que les aquejan; al mismo tiempo, su malestar físico suele estar acompañado de síntomas de depresión.
Aunque el panorama descrito puede parecer "laberinto sin salida", las personas "atrapadas" en relaciones destructivas tienen enormes posibilidades de liberarse de quien las maltrata y restablecer su vida en condiciones dignas y saludables, con la felicidad y tranquilidad a que todo ser humano tiene derecho.
El proceso de recuperación inicia cuando hay cambio en la actitud de la mujer afectada, pues en el momento que rebasa su capacidad de resistencia decide reconocer que su vida de pareja es destructiva y que sólo está fungiendo como "costal de entrenamiento" emocional o físico del individuo que la altera. La mujer o el hombre que se encuentran inmersos en este tipo de relaciones es necesario que empiecen a creer que pueden salir adelante por si solos, que no necesitan del otro para resolver sus problemas y comenzar su camino hacia la autonomía.
¿Qué sucede después de salir de una relación de ese tipo?
Cosas maravillosas….
Cuando una persona se ha dado cuenta y ha hecho consciente de que estuvo inmersa en una relación destructiva lo primero que tiene que hacer es darse a la tarea de revisar qué es lo que estaba pasando con ella (el) cuando aceptó una situación semejante. Si fueron sus creencias o sus sentimientos de soledad o sus necesidades poco claras lo que la llevaron a esa situación.
La conciencia nos lleva a reflexionar sobre diversos puntos que antes no podían ser analizados ya que estamos inmersos en el problema. Ninguna persona merece ser tratada mal y sobre todo ser minimizada. Por tal motivo es necesario revisar a fondo los errores cometidos para nunca volver a ese camino de destrucción. Es necesario acudir con un profesional para poder limpiar todo el dolor, la depresión y sobre todo el resentimiento y así empezar una nueva vida limpia de rencores encaminada hacia la paz y la felicidad.
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