LA SELECTIVIDAD EN LAS RELACIONES HUMANAS.





Recientemente una persona me escribió sus dudas con respecto a la educación de su hijo, contemplando las relaciones sociales…

¿Tú crees que está bien que le diga a mi hijo de 6 años que no se junte con niños que lo molesten o le causen problemas? Yo en mi forma de pensar creo que es bueno que desde ahora sepan escoger sus amistades.

Con base a la experiencia es que nosotros los humanos nos percatamos de que tipo de personas queremos a nuestro lado, nadie tiene la capacidad de limitar nuestro libre albedrío y muchos menos los padres de familia. Cada ser humano elije con quien quiere estar, pero esto se logra contactando con cada ser que encontramos en el camino. No es gratuito que coincidamos con personas que nos agradan y desagradan, los primeros nos ayudan a reforzar nuestras creencias, valores y formas de pensamiento; las segundas nos ayudan como un espejo, para que podamos observar fuera de nosotros las cosas que no nos gustan tanto de nosotros mismos, como de las actitudes y conductas que no deseamos para nosotros. El universo para eso nos proporciona las relaciones, para que cada uno se percate de sí mismo en todos los sentidos. Cada relación humana es una fuente inagotable de experiencias y aprendizajes. Nuestro crecimiento personal se encuentra en relación constante con los otros, en la medida en que podamos coexistir con personas que nos resultan agradables o no, hablará de nuestra madurez como seres y la capacidad de aprender de los mismos. Cada persona tiene un cúmulo de información dentro de sí, al cual denominamos ideología; el respeto y la tolerancia a la diversidad, es lo que nos hace crecer como humanos. No todos podemos pensar, sentir y vivir de la misma manera, cada individuo tiene un método de enfrentamiento a su realidad y sobre todo una interpretación a la misma. Tal vez nos demos cuenta que existen personas que de fondo no nos resultan del todo agradables, pero esto tiene que ver con una gran diversidad de variables. Probablemente estemos en desacuerdo con su modo de vestir, hablar, reír, disfrutar, enfrentar, pensar, etc. Sin embargo, eso no significa que sean buenas o malas personas; cada quien reacciona y es, como considera conveniente y ninguno de nosotros somos los indicados para juzgar su proceder ante la vida, probablemente no estemos de acuerdo con su “forma”, pero, esa es “su forma” y si queremos que respeten las nuestra tenemos que poner el ejemplo.

Si le indicamos a nuestros hijos con quien juntarse y con quien no, esto limitará de manera significativa su aprendizaje. El proceso de selectividad se da hasta la edad adulta, alrededor de los 30 años en adelante, cuando el ser humano ha tenido suficiente experiencia para determinar con quien es bueno relacionarse y con quienes no. Pero a la edad de tu peque eso es imposible....

La labor primordial de los padres es ir fomentando en los hijos valores que vayan de acuerdo al bienestar común, entonces, el respeto y la tolerancia por la diversidad son los principales para convivir en un mundo más sano... ¡SALUDOS!!

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